El nacimiento de un hij@ es un hecho trascendental para toda la familia, muy especialmente para la madre, el bebé que llega al mundo y su padre.

Con los cambios industriales y tecnológicos quedó establecido el nacimiento como un acto quirúrgico con un nivel enorme intervención. Ha habido un gran distanciamiento del nacimiento como un hecho natural, consciente y amoroso que fluye por sí mismo, como un momento da alegría y profunda satisfacción.

Afortunadamente hay diversas iniciativas en el mundo que se plantean  el nacimiento como un proceso íntimo, personal, en el que las necesidades de la madre y el bebé adquieren un verdadero protagonismo. Se favorece el proceso natural en lugar de intervenir o interferir rutinariamente. En el nacimiento humanizado se propicia la libertad de elección de la mujer y la libertad de su cuerpo, que experimente posiciones y movimientos que le permitan vivir intensamente su propia experiencia durante todo el trabajo de parto (parto en cuclillas, en el agua, semisentada, o como desee).

A la madre se le acompaña y apoya continuamente en todo el proceso, lo que le da seguridad en sí misma, y le da la contención necesaria para arrullar en brazos a su bebé.

También el nacimiento humanizado cuida el vínculo inmediato de la madre con su bebé recién nacido, evitando que se le realicen intervenciones o exámenes innecesarios.

Al final el nacimiento de un hij@, es para quienes le cuidan, cargan y crian una gran oportunidad para crecer, aprender, trascender su propia existencia, dejar un legado, una gran oportunidad de amar incondicionalmente.