Descubrí a mi hijo masturbándose, doctora. ¿Qué debo hacer?

Muchos adultos no se imaginan lo importante que es autoexplorar y reconocer las propias sensaciones sexuales antes de atreverse a mantener relaciones sexuales por primera vez.
Hay que considerar que cuando los niños pasan a ser púberes, es cuando empiezan a manifestar cambios corporales como el cambio de voz en los chicos, la salida de vellos más gruesos en las axilas, la barba, en la zona púbica y las piernas, el aumento del ancho de la espalda, en los chicos. Mientras que en las chicas aparecen los senos, el aumento de las caderas, el vello en la zona púbica y las axilas. En ese período de tiempo aumenta el deseo sexual, y antes que aventurarse a tener la primera relación sexual, se necesita que maduren una serie de aspectos psicológicos que garanticen que la experiencia no sea traumática, madurez para no implicarse con una pareja destructiva a nivel emocional o físico y que haya coherencia entre el autoconocimiento y autoconsciencia del cuerpo, la responsabilidad sobre la propia salud, y permitirse el sano disfrute del placer sexual y emocional.
Es sano explorarse, conocerse antes de implicarse en relaciones sexuales, que siempre pueden implicar riesgos como la transmisión de una Infeccion de Transmisión Sexual o el vincularse con alguien con quien no haya confianza, respeto, consideración y afecto. 
La masturbación es la manera de iniciarse en la sexualidad para la mayoría de las personas y cumple un papel muy importante en la vida afectiva y sexual. Prácticamente desde que nacemos, las caricias en nuestros genitales externos nos producen una sensación agradable. Algunos niños y niñas se masturban desde una edad muy temprana, otros tardarán más.Antes de que llegue la pubertad, las niñas deben saber lo que es la regla antes de que ésta aparezca y los chicos deben saber que son los primeros sueños eróticos y las primeras poluciones (eyaculaciones durante el sueño), antes de que aparezcan. Los chicos (incluyendo a ambos sexos) necesitan una información lo más práctica posible. Es bueno que como padres (no tiene por qué ser varón en el caso de los chicos, ni la madre en el caso de las chicas, aunque lógicamente esto lo facilite) les explique que es normal que tengan sueños excitantes, y en el caso de los varones que se despierten después de haber eyaculado. Esto significa que su cuerpo está creciendo con normalidad. 

Hay que comentarles que la masturbación es algo natural y sano, y la principal expresión de la sexualidad en la adolescencia. No se trata de explicarles toda la fisiología (podemos dejarles un libro sobre educación sexual adecuado a su edad). Lo más importante es transmitirles que se trata de algo positivo, una manera de relacionarse con el propio cuerpo en la intimidad (recalcando este aspecto: lo mejor es que lo hagan en la cama o en la ducha). Y que además de ser una forma de ir preparándose para la vida sexual adulta, sirve para relajarse, aliviar tensiones o conciliar el sueño.

A las chicas se les debe educar en que no tiene nada de malo conocer su cuerpo (coincidiendo o no con la primera regla): observar con un espejo sus genitales, descubrir el clítoris y, poco a poco, explorar en la intimidad esa zona y las sensaciones que les produce.
Cuando los padres descubren que sus hijos lo hacen, puede causarles cierta preocupación y en ocasiones no saben cómo manejar la situación.

Esto podría provocar que los adolescentes asocien la masturbación con algo malo e incluso, provocarles un daño emocional o sentimientos de culpa. Por esta razón, lo mejor es que platiquen abiertamente con ellos que es importante masturbarse en la intimidad y privacidad. Aunque este tema  ha sido muy estigmatizado y en ocasiones, tomado con poca seriedad, se considera como una conducta sexual normal para conocer y explorar el cuerpo.

De acuerdo con información publicada en Time Health Land, el primer estudio nacional representativo realizado por la Universidad de Indiana en Indianápolis (IU), indica que los chicos se masturban pronto y con mayor frecuencia que las niñas.

Los investigadores encontraron que los niños que se masturbaban usan con más frecuencia anticonceptivos durante las relaciones sexuales. La mitad de ellos dijo haberse masturbado al menos dos veces por semana, mientras que únicamente 23% de las niñas reportaron la misma frecuencia. Mientras que los adolescentes que se han masturbado tienden a tener relaciones sexuales con una pareja estable y practicar el sexo seguro, según la investigación publicada en línea en la revista Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine.

Imagen: culturizando.com