Duelo Gestacional
Aunque socialmente ni se nombra ni se reconoce tal circunstancia: las parejas que sufren la pérdida del embarazo, en cualquier momento del mismo, pasan por una etapa de duelo. El ser madre o padre no se mide en centímetros ni en número de células, quienes pierden un embarazo no sienten que han perdido un grupo de células, un embrión, un feto o un bebé, sienten que han perdido al que iba a ser su hij@.
En cuanto se conoce la dulce noticia del embarazo, las parejas vivencian con felicidad ese momento, proyectan todas sus ilusiones en ese nuevo SER, que es su hij@ y que ya tiene su lugar en la familia, esperan su llegada con infinita ilusión, y aunque no lo hayan visto aún, ya sienten que lo aman… Sin embargo, cuando se pierde, se produce un silencio, como si nada hubiera pasado…
DUELO GESTACIONAL: EL DUELO NEGADO
El duelo gestacional es aquel que acontece cuando una pareja pierde un hijo en cualquier momento del embarazo o en el momento del alumbramiento. Tiene una serie de peculiaridades diferentes de otros duelos que producen diferentes consecuencias.
Por otro lado, como todo duelo, debe tener su espacio. El duelo por una pérdida es un proceso natural, y debe elaborarse de una forma sana. Una mala elaboración del duelo, añade más sufrimiento.
Existe un gran desconocimiento generalizado en torno a este tema. Socialmente, es un duelo no reconocido, que se intenta evitar, reprimir, quitarle importancia, silenciar, en definitiva: un duelo negado…
Aunque el aborto haya sido una interrupción voluntaria del embarazo: éste también es un duelo negado, por las madres, los padres, la sociedad… No vamos a entrar en el tema de aborto sí o no. No se trata de juzgar a nadie, sino de haceros ver (sea cual sea vuestra creencia) que estas personas también necesitan ser acompañadas, escuchadas, comprendidas, ayudadas…y no negarles su duelo.
LA NEGACION DEL DUELO: FUENTE DE MÁS SUFRIMIENTO
Las parejas afectadas, tienen que soportar constantemente comentarios de la gente, que, aunque tengan toda la buena intención, les hacen aún más daño. Son típicas las frases: “no pasa nada, es mejor ahora y no más adelante”, “pronto se te pasará, eres joven y tendrás más”, “si solamente era un grupo de células”…. Siempre banalizando. A nadie se le ocurriría hacer este tipo de comentarios a una madre cuyo hijo ha fallecido a los 20 años, por ejemplo. Sin embargo en estas pérdidas estas frases son una constante.
Por tanto, al dolor natural por la pérdida, se añade que a estas personas constantemente les negamos su duelo, con lo que, pueden llegar a sentirse incomprendidos, también pueden sentirse culpables porque notan que no logran estar bien emocionalmente… Intentar adoptar una conducta como si nada-hubiera-pasado es lo que tendemos a pensar que es lo ideal para superarlo, pero resulta que no es así, todo lo contrario.
QUÉ NECESITAN, CÓMO LO SIENTEN
Precisamente lo que estas parejas necesitan, es algo tan lógico como poder elaborar dignamente su duelo, verbalizar lo que sienten, dar voz y espacio a su pérdida, a ese bebé al que aunque no hayan llegado a conocer, ya lo deseaban y amaban (incluso antes de la concepción), ya tenía su espacio. Cuando lo pierden todo se rompe en ese instante…no hay consuelo, y encima su duelo se silencia, se oculta, se niega.
Su hij@ se ha ido sin llegar a SER, con todas las opciones del SER en proyecto, pero a su vez, ya era un SER único e irrepetible. Sus padres sienten la desgracia de no haberlo podido conocer, por tanto nunca podemos disiparles su dolor con frases como “eres joven, ya tendrás otro hijo”, precisamente ese “otro hijo” es eso “otro hijo” (valga la redundancia) que aunque sea igual de amado y deseado nunca podrá sustituir al hijo que han perdido.
CÓMO AYUDARLES
Cómo podemos ayudar a las personas que sufren una pérdida gestacional:
-Validando sus sentimientos: lo que sienten es válido, su pena, su dolor son válidos, no debemos restarle importancia, ni animarles a evitar esas emociones, porque de esta forma estamos negando y no respetando su dolor. En cualquier tipo de duelo esta es una fase natural y hay que entenderlo como tal.
-Nunca digas frases desafortunadas como: “mejor que te haya pasado ahora que más adelante”, “ánimo, esto se pasa y volveréis a tener otro hijo”, “mejor así, por suerte no lo conociste, eso sería peor”, “no era nada, sólo unas células”… Son frases muy típicas que no respetan para nada sus emociones.
-Escucha, se todo oídos cuando te cuentan lo que sienten, lo que sufren…, no interrumpas y mucho menos lo hagas con frases de “ánimo” que minimicen la importancia a lo que les ha pasado.
-Se comprensiv@s y tenen empatía. Si realmente os pones en su lugar, lo entenderás todo mucho mejor.
-Muestra tu cercanía y apoyo sincero, si así lo sientes, siempre respentando sus emociones, lo necesitan.
Fuente: www.miriamginecologia.com