No es igual Dolor a Sufrimiento

¿Qué hace que un parto o cesárea sea un encuentro sublime, hermoso, respetuoso? ¿Qué hace que sea un evento traumático?

No son solo las técnicas, ni las prácticas del personal médico, es el amor con el que tú y tu pareja lo viven.

Si bien, yo me inclino a pensar que hay muy diversas expectativas acerca de un nacimiento, la madre puede ser que tenga una expectativa diferente al padre, o puede ser que alguno ya se haya familiarizado con la experiencia o que sea algo completamente nuevo, desconocido. Cada persona se imagina el nacimiento de acuerdo a lo que sabe, lo que ha visto o lo que han vivido otras personas en su entorno, y muy probablemente de ahí surge lo que espera al concluir el primer embarazo.

Existen muy diversos recursos naturales para manejar el dolor durante el parto, sabiendo que es un hecho pasajero, pero cuyos resultados son grandiosos: la vida del bebé, y la confianza de la mujer en si misma, su capacidad y en su cuerpo aumentan significativamente, logra su sueño.

Cuales son los recursos naturales: el uso del calor, el movimiento, la esferodinámia, la respiración, hidroterapia, masajes, posturas antálgicas hasta la concentración, determinación y la convicción firme, la entrega, sobre todo la entrega.


El dolor pasa a ser un aliado, un amigo, una ola que viene y va, una señal de apertura a la vida, a la maternidad y hacia lo desconocido.

Después de la cesárea también se hace presente, y es la felicidad, la plenitud y la gratitud lo que lo minimizan, además de los analgésicos, pues la bienvenida a la vida nos enseña que el dolor no es igual a sufrimiento.