Emociones podrían influir en el desarrollo de enfermedades cardíacas

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Colaboración con la Periodista del Nueva Prensa de Guayana FLOR B. SAN LUIS

Ciudad Guayana.- Emociones de contenido negativo causan un efecto determinante en seres humanos. Depresiones, ataques de rabia y hasta el mal humor, son actitudes nada favorables tanto para el sistema nervioso como para el resto del cuerpo.

A medida que la edad avanza el riesgo se vuelve mayor. De forma inevitable, individuos se someten a una serie de cambios en costumbres y hábitos que podrían repercutir en su persona. La psicoterapeuta Maurera Quiñonez afirma que “no es lo mismo agarrar una rabieta a los veinte años que a los cuarenta, las consecuencias pueden ser nefastas porque la edad no perdona”.

Además, en la juventud las complicaciones son mínimas, esto no quiere decir que un joven no pueda sufrir un trastorno cardíaco, al contrario, puede llegar a padecerlo y los resultados en la mayoría de los casos son fatales, “sólo que no es el común denominador”, explicó Quiñonez, al mismo tiempo que admite, “la energía de la juventud te da herramientas para afrontar… pero cada cuerpo reacciona de manera distinta”.

Por otro lado, estudios realizados en el contexto de varias naciones determinaron que personas ansiosas y deprimidas tienen mayor probabilidad de presentar una enfermedad cardiovascular; científicos creadores del estudio y doctores del Centro Médico de la Universidad de Columbia han manifestado que el análisis es meramente observacional, y aunque no muestra de forma directa que la felicidad es un factor protector, los resultados revelan que la “actitud positiva” de la gente ayuda a prevenir dichas enfermedades.

Basada en la mencionada teoría, Alicia Núñez, psicólogo clínico de la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas, hace hincapié en que desde la óptica psicológica, el corazón se debe cuidar drenando las emociones, en especial “la rabia”, sin hacer daños a terceros.

Núñez aseguró que los “pensamientos catastróficos” conducen a una visión negativa de la vida; por tanto, estados como la depresión y el rencor se deben combatir. El individuo debe buscar las opciones que a su parecer generan mayor paz interior.

Compartir con amigos y seres queridos podría ser la salida, pues es importante mantener un circulo social donde fluya el entusiasmo, o en su defecto practicar alguna actividad que “nos conecte con nuestro cuerpo”, como lo es el deporte, yoga, caminata, entre otras destrezas.

Por último, Núñez recalcó que mantener una higiene emocional adecuada implica contactar, sentir y expresar nuestras emociones con respeto, ya que al conservar una actitud realista y positiva ante la vida se afianzarían los vínculos con las experiencias y se disfrutaría de la relación con el cuerpo humano, lo que mantendría la salud del corazón “vital y palpitante”.

Fuente: http://bit.ly/1bwMAAM